Turismo Sostenible

Turismo y Aceptación: Un Camino Hacia la Reconciliación y el Desarrollo Sostenible

04 de Marzo de 2025
Por Andres Llancapan Chepe (Las opiniones expresadas son propias)

El turismo, una industria que se hace en conjunto, en donde el alojamiento necesita de actividades, el que realiza actividades necesita transporte, el que realiza transporte necesita entregar los mejores datos de comida, y así se produce una cadena en la cual funciona el turismo. A diferencia de otras industrias, el turismo es en equipo. 

¿Cómo lo han hecho en otras partes del mundo? 

En un mundo donde los conflictos bélicos y las tensiones sociales son cada vez más comunes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha resaltado el papel del turismo como un medio para fomentar sociedades pacíficas, inclusivas y justas. Este enfoque se traduce en el lema del Día Mundial del Turismo 2024: «Turismo y Paz», que busca promover el diálogo y la resolución de conflictos a través del respeto mutuo y la cooperación.

Sudáfrica: El Legado de Mandela (https://www.southafrica.net/uk/en

Sudáfrica ha capitalizado su historia de lucha contra el apartheid para atraer turistas interesados en la reconciliación y el aprendizaje sobre derechos humanos. La Ruta de Nelson Mandela, que incluye lugares significativos como Robben Island y el Museo del Apartheid, permite a los visitantes comprender mejor los desafíos enfrentados por el país y cómo se han superado. Este enfoque turístico no solo promueve la paz sino que también fomenta un diálogo sobre justicia social.

Ruanda: De la Tragedia a la Esperanza (https://visitrwanda.com

Ruanda ha transformado su imagen post-genocidio a través del turismo sostenible, especialmente en torno al Parque Nacional de los Volcanes, hogar de los gorilas de montaña. El país ha utilizado los ingresos generados por el ecoturismo para financiar programas comunitarios que promueven la paz y la cohesión social. Esta estrategia no solo protege la biodiversidad, sino que también empodera a las comunidades locales al involucrarlas en iniciativas turísticas.

¿Qué pasa en Latinoamérica? 

Latinoamérica, con su rica diversidad cultural y natural, tiene un potencial inmenso para utilizar el turismo como herramienta de paz. La industria turística ha demostrado ser un motor de desarrollo económico, pero también puede ser un medio para sanar heridas históricas. Por ejemplo, en Colombia, tras décadas de conflicto armado, el turismo ha emergido como una vía para la reconciliación. Regiones que antes eran inaccesibles debido a la violencia ahora están siendo promovidas como destinos turísticos, lo que no solo genera ingresos, sino que también fomenta la cohesión social y mejora los imaginarios sociales de las comunidades afectadas por el conflicto.

Sin embargo, este potencial no está exento de desafíos. El turismo puede generar tensiones si no se gestiona adecuadamente. Es crucial que las comunidades locales sean incluidas en los beneficios económicos del turismo para evitar la exclusión y asegurar que el desarrollo sea sostenible. La ONU enfatiza que sin paz no hay turismo; por lo tanto, es vital crear un entorno seguro y justo para todos los involucrados.

Turismo y reconciliación en Chile

Para el caso chileno, existe un gran potencial en la industria turística para explorar cómo el turismo puede contribuir a la paz. Territorios como San Pedro de Atacama, en la región de Antofagasta, región de La Araucanía, Zona sur de la región del Bio Bio son territorios, en donde industrias mono extractivistas han generado heridas y conflictos con los lugareños debido al daño medioambiental que produce la producción minera y forestal, en donde, el turismo – bien abordado – se presenta como un eje de reconciliación, aceptación y desarrollo económico, fortaleciendo las capacidades locales y empoderando a sus habitantes. El turismo puede servir como un puente para fomentar el entendimiento mutuo y promover la cultura local.

La riqueza cultural de estos territorios, pueblos altiplánicos, mapuches, culturas colonas que se han asentado por generaciones en estos territorios; su impresionante belleza natural, puede atraer a turistas interesados en experiencias auténticas. Implementar iniciativas turísticas que respeten y promuevan la identidad territorial y su interpretación del entorno como atractivo turístico no solo generaría ingresos económicos, sino que también podría contribuir a una mayor comprensión entre diferentes grupos sociales. 

Desafíos en Chile y Latinoamérica 

El desafío radica en cómo unir esfuerzos entre el gobierno y los empresarios del sector turístico para crear un modelo sostenible que priorice la aceptación, comprensión y valoración de las culturas y creencias de esos territorios. Debemos dejar de lado la metodología del “blanco salvador” y pasar a una creación de valor turístico entorno a los valores e identidad de cada territorio. Debemos aceptar la identidad del otro sin críticas, sin estereotipos preconcebidos, sin juicios. Así existe el desarrollo económico endógeno. 

Además, es fundamental establecer planes de acción a largo plazo con las comunidades y generar procesos de diálogo continuo entre las comunidades locales y los actores turísticos (gobiernos – entidades privadas) para garantizar que las iniciativas sean inclusivas y beneficien a todos. 

En conclusión, el turismo tiene el potencial no solo de ser una fuente de ingresos sino también de construir puentes entre culturas. En Chile y Latinoamérica, esto es especialmente relevante dado su contexto social. La colaboración entre gobiernos, empresarios y comunidades locales es esencial para transformar esta visión en una realidad tangible. 

Sí lo hacemos bien hoy, construiremos un continente turístico (2040), más igual y con mejores oportunidades para las comunidades locales que lo habitan. 

Andrés Llancapan Chepe

Encargado de unidad de desarrollo SERNATUR Araucanía

Para Regenera ONG

https://www.linkedin.com/in/andres-llancapan-chepe-6077291b

Desde Regenera ONG, Carolina Toledo, Encargada de Relaciones Comunitarias comenta:

El turismo regenerativo es una poderosa herramienta para la paz y la transformación social, pues no solo implica visitar un lugar, sino conectar profundamente con su historia, cultura y naturaleza. Al recuperar el conocimiento ancestral y valorar la identidad territorial, se fomenta un turismo sostenible que respeta tanto a las comunidades locales como al medio ambiente. Más que explotar recursos, este enfoque busca restaurar y preservar, generando un intercambio genuino entre visitantes y anfitriones.

Para lograrlo, es clave gestionar la demanda de manera estratégica, atrayendo viajeros comprometidos con la regeneración del territorio y la conservación de sus ecosistemas. Sin planificación a largo plazo ni respeto por las comunidades, la paz no será posible. El turismo debe dejar atrás la lógica de explotación y convertirse en un motor de bienestar, promoviendo el entendimiento, la valoración del entorno y la creación de sociedades más sostenibles y armoniosas.

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